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jueves, 3 de enero de 2008

REYES...

Por fin está llegando mi fiesta.

La que nunca se celebró en mi casa después de mis cuatro años.

Esa edad tendría cuando en medio de una “multitud de me lo pidos” y frente al escaparate de una juguetería, mi padre, capaz de regalar su mente a quien decidiera tomarla aun siendo mentes más vacías que la suya, decidió que su mandato impuesto por un dios genocida creador de un reino particular, no podía permitir que un niño de cuatro años pudiera soñar con los reyes magos. Así que, me lo soltó.

Qué bestia, le espetó una mujer que había a nuestro lado.

Ya no tuve juguetes el día de reyes por aquella época.

Eso sí, mi padre, jactándose de nombrado arreglador de juguetes de segunda mano, me compraba en las rebajas posteriores todo aquello que le faltaba o una rueda, o un brazo, o una ficha... aunque, a mí, ya no me importaban esas faltas materiales. Lo que me faltaba, se había quedado ante aquel escaparate.

Un día, aquel niño se hizo padre.

Y mi ilusión es la ilusión de mi hija. Ese brillo en sus ojos, esa expectación, esa espera deseosa, ese sueño. No, yo no la despertaré. Es más, la niña me ayuda a hacer mi propia carta, y claro que pido... me lo pido todo.

Me pido salud para los que quiero, sonrisas infinitas, felicidad constante, y sobretodo, que se cumplan todos sus sueños porque, sus sueños, son mis sueños.

¿Y vosotros qué os habéis pedido?

P.D. Nos vemos el martes. Qué os traigan muchas cosas.

9 comentarios:

noe78 dijo...

Buenos días.
Querido Diógnes..una vez más has rozado lo más profundo de mi corazoncito y esta vez no ha sido por esos textos fantásticos que nos regalas (que también...), esta vez al acercarnos a tu infancia, a tus carencias, a tus sentimientos, te me antojas un tierno infante, frágil, inocente, desencantado por tu padre y la verdad es que me dan ganas de correr hacia Madrid y darte un abrazo de esos fuertes que te dejan sin respiración, sí, sí de los que dan las abuelas cuando te ven jajajaj, agarrar fuerte tu mano y llevarte a la juguetería más grande, con más luces, con más juguetes y decirte...elige, has sido un niño bueno y te mereces lo mejor...(si quieres sustituímos la juguetería por otro comercio más adecuado con tu edad jajajaja o por una tienda de chocolates o una librería cualquiera...).Sé que es difícil olvidar ciertas cosas y más cuando implican períodos de nuestra niñez pero estoy segura que siempre habrá alguien que quiera recuperar tu ilusión...el brillo de tus ojos...tu sonrisa...
En cuanto a mis noches de Reyes la verdad es que siempre han estado llenas de ilusión y fantasía, incluso ahora con mis 29 añazos.
Donde yo vivo se enorgullecen de ser la ciudad de los juguetes y la sede oficial en España (y esto no es coña, ya está aprobado y es oficial) de los Reyes Magos.Somos la única ciudad del mundo con un monumento a sus majestades.
Pues en esta mi ciudad, hay una tradición un tanto especial, os cuento...
Semanas antes del día de Reyes los padres llevan los regalos que han comprado para sus hijos a la sede de los Reyes Magos y los juguetes son empaquetados y etiquetados con la dirección familiar.La noche de la cabalgata cuando ya han desfilado los tres Reyes con sus pajes vienen lo que aquí cariñosamente se llama "los negros".Son jóvenes (que están en lista de espera para hacer este trabajo no remunerado durante meses) que se disfrazan de negros, con la cara pintada, absolutamente negros, tan sólo tienen una nota de color, los calzones que les distinguen según sea su Rey Mago, rojo para Melchor, azul para Gaspar y amarillo para Baltasar.Pues estos "negros" portan enormes escaleras por las que suben a las ventanas y balcones de toda la ciudad y entregan a los niños sus regalos en mano.Es tradición que los padres tengan algún tipo de piscolabis para ellos, galletas, leche...
No podéis imaginar lo que suponía para mi siendo una niña esconderme tras la puerta de la habitación y ver como esos seres, que a mí se me antojaban misteriosos y mágicos, entraban en mi casa (sin que mis padres pudieran hacer nada jajaj) y me entregaban todo lo que yo había pedido...en ese sentido he de reconocer que he sido una niña afortunada, incluso diría que algo mimada porque durante muchos años fuí la única hija-sobrina-nieta de la casa.
Ahora, pese a mi edad, sigo disfrutando de la misma manera de esa noche, tan sólo con ver la carita de un niño a mi alrededor y descubrir en ella el mismo brillo de ojos que yo tenía a su edad...
Yo no suelo pedirle nada a los Reyes (aunque evidentemente siempre me traen algo) pero este año les voy a pedir que sean buenos con todos los que leen, participan, disfrutan de este blog, incluído su autor...porque sé que habéis sido buenos, al menos conmigo y os mereceis lo mejor.
Un besazo.
Noelia

chicohabil dijo...

Aunque los reyes magos tengan un componente religioso, su sentido no debería asociarse a ningún Dios. La inocencia, creer en la magia, pensar que todo es posible no debería ser privativo de nada ni de nadie.
Ojala aún vivieramos en esa época, sentir los nervios de que algo grande está apunto de pasar. Pero ojala también que esa sensación durase todo el año e hicieramos cosas por los demás, cual amigos invisibles, facilitando el dia a dia de la gente que te rodea. Si todos creyesemos realmente que existen los reyes magos, el mundo sería más habitable, porque todos seríamos lo reyes magos de los demás ya que la verdadera magia la tenemos en nuestro interior.

Un saludo y Felices Reyes.

Anónimo dijo...

La verdad es que vaya padre. Y perdoname por decirlo.

ROCIO.

ariminerva dijo...

Querido Diógenes, queridos todos.

Ayyyyys la inocencia, la ilusión, la magia de una noche de reyes.

Primero las nuestras en tanto niños y luego la de nuestros hijos. Ternura a raudales, tras la retahila de "me los pido todos".

Como madre que he sido de tres hijos, jamás les he privado, sopena de ser los últimos de la clase en enterarse, de la magia de las capas rojas y armiño, y de la reponsabilidad de dejar agua y turrón para los reyes y camellos.

Como podría hacerlo!!!. si el recuerdo más antiguo de noche de reyes que tengo implica a mi abuela ya con el pelo blanco. Abuela tienes que venir a dormir conmigo, así papá y mamá cuando se levanten, pensarán que los reyes me han traido una muñeca rubia....
Hace un mes que se ha muerto mi abuela, pero desde mi corazón ese recuerdo perdurará para siempre.

Este año me pido: Que a ningún niño le sea arrebatada la ilusión de una noche tensa, de un abrir de ojos pasmados e incrédulos.

Este año me pido: Que no dejemos de creer en las utopías, que hagamos de ellas nuestras particulares banderas, aún sabiendo que no conseguiremos llegar al objetivo.

Feliz noche de Reyes a todos.

Anónimo dijo...

Llevo tiempo leyendo este blog.
No sé cómo cayó en mi lista de Favoritos.
Nunca he escrito porque me resulta tan elegante y sensible que hago mía aquella frase de El último de la fila: "Si lo que vas a decir, no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir".
Pero lo que sí sé es que me alegra el día, me despierta sentimientos y sabores.
Hoy, con los Reyes, me trae a mi memoria, un pequeño pueblo en el que pasé unos años, cuando contaba con 7 años y se estilaba, que tres Reyes magos con toda su corte, fueran entregando los regalos, directamente a los niños, en la mágica noche de Reyes. No venían sobre camellos, sino sobre preciosos corceles blancos. Tras ver al niño en la acera con los ojos abiertos como platos, el padre le acercaba al caballo para que el rey le diese el regalo y además un beso. Eso es magia.

Cuento 36 otoños y todavía me gusta esa magia.

Un saludo para todos.

Anónimo dijo...

Me encanta la fiesta de los Reyes Magos. Es una gozada ver a los niños, con los ojos como platos, mirando las cabalgatas y carrozas por las calles de nuestras ciudades.
Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar se popularizaron en la Iglesia desde el siglo IX, siguiendo el texto del venerable monje benedictino Beda, quien los describió así en un códice: "Melchor, anciano de blancos cabellos y larga barba del mismo color; Gaspar, más joven y rubio; Baltasar, negro".
Sea como fuere y dejando la tradición cristiana que indudablemente tiene la fiesta de los Reyes Magos, lo importante es la ilusión que nos hace a pequeños y mayores la fiesta de la Epifanía.
Yo este año me pido: Procurar ser mejor persona que el año pasado. Valorar las cosas que poseo en su justa medida. Capacidad para ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. En definitiva, querer a todos un poco más y mejor. Un saludo a todos y que los Reyes Magos no os traigan carbón.

amina dijo...

Pues a mi me fastidiaron la creencia en los reyes muy pequeña también... pero eran niños: mis hermanos mayores. Y ese año me quedé sin reyes, y desde entonces aquellas cosas que nos regalaban que siempre eran necesidad. Luego, con el tiempo y un poco menos de agobio económico mis padres quisieron que se recuperara la ilusión y así se hizo, además también queríamos los hermanos, y empezaban a aparecer por la casa nuevas criaturas. Llevo muchos años "colaborando" con sus majestades y no solo hay ilusión en los ojos de los niños, también en los de los padres, en los de los ancianos, etc.

Yo soy muy mala, pero al menos este año no me han traido carbón. Por lo demás, pido lo que todos... salud, cariño, etc.

Y también deso que hayan dejado un poquito de lo mismo para vosotros.

Ah, y feliz año... es que he estado unos días de vacaciones y no había podido saludaros.

Anónimo dijo...

Hola que tal:
A lo mejor no saves quien soy, pero si me conoces,yo tambien he vivido eso que cuentas, de tu padre y los reyes magos.Me ha gustado mucho lo que as escrito y te animo a que lo sigas haciendo.
Un saludo de ...............

E.G.H.

Anónimo dijo...

Despues de conocer a Diógenes, hoy precisamente, me parece el relato todavia más bonito.
Sigue escribiendo.