Mi lista de blogs

domingo, 1 de febrero de 2009

CARTA VI...





Estimado Odiseo,

Ya sigo perdido de nuevo en extrañas tierras con extrañas vidas de las que no sabemos qué acontece.

No sé si será como aquel sueño donde Atenea visitó a la princesa Nausicaa, hija de Alcínoo, rey de Esqueria, recordándola la edad casadera que tenía para ser una mujer y hacer lo que toda mujer en una edad determinada tiene que hacerse.

Y digo yo, quién es Atenea, ni alguien, que sea capaz de decir al vecino la edad de crecer, de comer, o de casarse. ¿Acaso hay un guión escrito dónde nos hagan leer nuestras vidas?

Me río yo de semejantes redactores de vidas, que no son suyas.

¿No será que las suyas están destruidas y quieren hacer caer al resto en semejantes males?

No, no le digáis a nadie qué ha de hacer con sus vidas, al menos, dejadles solos en esos menesteres, que el viaje ha de ser largo, y las etapas, no son de nadie.

Dejad que despierte Nausicaa y le pida a su padre un carro con mulas para ir a lavar al río y vosotros, no le digáis a nadie su camino, ni cuando comer, ni beber, ni siquiera cuando casarse, ni menos, engendrar hijos.

NADIE.


Gracias Alena, por leer a Diógenes y hablar de él en el último número, el 45, Enero 2009, de la revista Alenarte