Mi lista de blogs

domingo, 29 de junio de 2008

VACACIONES...






Bien, llegaron las vacaciones para mí.

Estaré desconectado de este blog un mes, por lo menos. No podré actualizarlo, entre otras cosas, porque los lugares por donde me moveré no tendrán casi ni posibilidad de acceso.

Muchas cosas han pasado durante estos meses, pero para mí, la más importante es haber tenido un nexo donde poder encontrarnos…

El otro blog perdido también estará parado. Deseo que todos vosotros ya sepáis donde encontrarlo.

Me pareció buena idea la que sugirió Manqueospese, así que dejaré este post abierto para lo que queráis.

También conocéis mis e-mails. Allí podréis dejar vuestra huella.

Os deseo lo mejor. Por supuesto felicidad y sobre todo (je, je…) que no dejéis pasar sin exprimir ninguno de aquellos momentos que no pueden pasar sin más.

Gracias por pasar por aquí.

Besos, abrazos… y felices vacaciones.

miércoles, 25 de junio de 2008

LILIT...


Lilit fue la primera esposa de Adán, anterior a Eva, que abandonó el Edén para instalarse a orillas del mar Rojo junto a Samael y otros demonios.

Lilit es la diablesa que rapta a los niños de la cuna cuando no quieren dormir…

La palabra lil significaba viento, aire, espíritu, y es de origen mesopotámico. Más tarde la adoptaron los judíos exiliados en Babilonia bajo la forma Lilith.

Su leyenda decía:


“Adán y Lilit nunca pudieron estar juntos, pues cuando él deseaba tener relaciones sexuales con ella, Lilit se sentía ofendida por la postura acostada que él le exigía. «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual». Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilit, encolerizada, pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y lo abandonó.


Saliendo del Edén fue a dar a las orillas del Mar Rojo. Allí se entregó a la lujuria con éstos, dando a luz a los lilim seres cubiertos de pelos. Cuando tres ángeles de Dios fueron a buscarla, ella se negó. El cielo la castigó haciendo que muriesen cien de sus hijos al día. Desde entonces las tradiciones judías medievales dicen que ella intenta vengarse matando a los niños menores de ocho días, incircuncisos.”


Lullaby… se les canta a los niños para decir adiós a Lilit, más, nunca me la cantéis a mi, por favor… dejad que me lleve.


martes, 17 de junio de 2008

SUBIR A UN AUTOCAR...

Recuerdo a un niño de diez años en el gimnasio de un colegio.

Recuerdo a un profesor repartiendo dorsales…

El sábado competíamos contra otros colegios.

Le tocó el turno a la longitud. Todos saltamos. Y aquel dorsal, como el que se ponían en la tele, le fue entregado. Había saltado más que toda la clase.

El sábado, el autocar, estaba parado frente a su casa. Todos montaron menos él. Sus padres no le dejaron. Era peligroso viajar en autocar. Quizás era un castigo por ser hijo único.

Quince días después hubo de nuevo selección en el colegio. Ese niño volvió a saltar y quedó el primero. Antes de darle el dorsal, el profesor le preguntó: ¿Te dejarán? Él afirmó como el que quiere negar lo imposible. El profesor sabía más que él, pero a pesar de todo, se lo dio.

Llego el siguiente sábado.

El niño se escapó de casa. Cruzó la calle y se encontró con el profesor. No me dejan, le dijo. Tome este dorsal seguro que alguien del equipo lo podrá aprovechar. El profesor le dio una palmada en la espalda. No dijo nada. El chaval volvió llorando a su casa.



Mañana mi hija se va de excursión. Va a El Escorial. Han anulado el viaje dos veces por mal tiempo, pero mañana, por fin, irán.

Virginia tiene un brillo en los ojos que refleja felicidad.

Le he dado dos besos, un abrazo, y le he dicho que fuera feliz. Ella me ha sonreído.

viernes, 13 de junio de 2008

EMERITA AUGUSTA...


Ayer cogí un tren…

Me levanté muy temprano y a las 7:40, salida puntual, me senté frente a una dama de ojos azules, con destino a Mérida.

Me compré una bolsa de “chuches” como leí en SATURNALIA y esperé.

Se bajó en Illescas y el único comentario fue a raíz de un pisotón que me dio entres sueños y una sonrisa. Algo es algo. Guardé mis golosinas y me puse a dormitar.

Cuando desperté el paisaje había cambiado. Veía alcornoques y encinas. Muchas, pero que muchas cigüeñas, vacas, toros y algún conejo (No Mus, de los otros…) De esos animales de los que me gustan hasta los andares, ni rastro.

Al llegar a Cáceres, se subió ella. (Digo ella, porque nunca sabré su nombre). Hubo sonrisa por sonrisa, buenos días por buenos días, y nada más.

El paisaje había cambiado. Veía todos cuesta abajo, montes brillantes, lisos, sin estrías… curvas de desnivel que a cada centímetro padecían distintas… algún valle que se descubría por un instante y que volvía a esconderse… fuera del tren, también había cambiado el paisaje.. ays… qué despierto llegué a Mérida.

Bajé del tren, me fui a la Junta, papeleé lo necesario y terminé en media hora.

El puente nuevo estaba ocupado por camiones que pitaban. Se manifestaban ante la Junta. Pensé que si la movida iba en aumento lo mismo conocería las noches emeritenses. Al poco me di cuenta que la ciudad me gustaba. No, no me importaría “emeritarme” (aquí o inventamos todos o tiramos la …) en esta ciudad.

Mi autobús de vuelta salía a las 16:15 y había quedado con un bloguero para comer.

Migas y paletilla asada. Arroz con leche de postre… mmmmmm… sin palabras.

Estuvimos hablando de estrategia, de batallas, de blogs varios y me enseñó algunas de las ruinas que hacen de esta ciudad un destino apropiado para quien le guste la historia. Yo me he apuntado ya un regreso.

Cruzamos el puente romano (impresionante) y al autobús.

Nada, en el autobús, tampoco. Me comí las “chuches” yo solo.

Qué amarga es la vida del viajante…

domingo, 8 de junio de 2008

HUITLACOCHE...


El sábado les invité a comer.

Estuvimos en un restaurante mexicano entre alambres y quesadillas. Aunque quien disfrutó fue mi sobrino Jorge, que se comió un plato con un color extraño a base de Huitlacoche. Se trata de un hongo comestible que es parásito del maíz. En México es una delicadeza culinaria, al contrario que en otras partes del mundo donde se considera una auténtica plaga.

Después hicimos tiempo entre bolas de helado y bañadores. De estos últimos se compraron algunos con vistas a este verano. Qué colorido tienen estas tiendas. Qué minúsculas braguitas hacen por estas fechas. Según mi mujer cada día más pequeñas. Tendré que arreglarme las gafas antes de ir a la playa porque, es cierto.

Recorrimos calles de mi infancia y un poco antes de la hora, al Retiro.

Según caminábamos por las casetas, empezábamos a oír quien iba a firmar esa tarde en la Feria. Hasta mi hija dijo que habían dicho mi nombre.

Una carpa aún vacía y una inmensa cola, anunciaban la firma de Carlos Ruíz Zafón.

Más adelante repartían globos… caramelos… propaganda…

Al fin, llegamos a nuestro sitio.

Estuvimos dos horas. Fue agradable. Pude saludar a mucha gente y firmar algunos libros.

Espero Desirée (que nombre tan bonito) te guste mi libro. Será una de las lectoras más jóvenes, sin duda.

Deseo también que un desconocido dramaturgo que había aparcado su obra, se anime después de nuestra conversación, y la mueva, y se la publiquen, y la representen. Me gustará ir un día, al teatro, a verla.

Al final de la hora, me pude aventurar a otra caseta, casi enfrente, donde firmaba un buen amigo, Ramiro Calle. Me dedicó su “Ingenieria emocional”. Libro que junto al “Manuscrito secreto del Fáquir” viajará conmigo este verano. Recordamos viejos tiempos y nos prometimos uno de esos cafés que nunca podemos tomarnos por las prisas, para cuando nos viéramos.

Os agradezco, de verdad, a todos aquellos que me permitisteis conoceros ayer. Sin duda, un buen consejo que me dieron hace unos días en este blog lo pude llevar a cabo. Estuve hablando sí, pero también escuché mucho, y también, aprendí.

Estamos ya casi a mediados de Junio. Me siento cansado después de un año revuelto.

Necesito parar. Asentarme de nuevo. Y ver qué camino tomar.

Brazacorta me ayudará a ello. Lo sé.

lunes, 2 de junio de 2008

LA VISITA...

Dios mío… estoy muy nervioso.

Esta noche se volverá a colar en mi casa ese extraño animal. No puedo más, no lo aguanto. Es una sensación de terror. El individuo, encima, es un noctámbulo.

Ya ha venido varias veces y aunque sé que pasará por delante de mi puerta y a mí no me molestará, temo que en el último momento cambie de opinión y venga a hacerme una visita.

No puedo soportar esta tensión. No puedo quedarme esperando a que aparezca, porque lo que es seguro es que aparecerá.

En una paranoia sin sentido, pero desde el día que se convirtió en realidad, tengo pesadillas, sufro de su llegada. No puedo más.

Tenéis que ayudarme.

Os ruego que os quedéis conmigo velando armas. Me da miedo que el resto de la familia se dé cuenta de mi terror. He simulado que barría mi habitación por el simple hecho de dejar olvidada la escoba junto a la puerta.

Debéis socorrer mi miedo.

Yo, solo, no puedo. Quiero huir, pero no debo. Soy el padre de familia, soy el último que debe infundir terror al resto. Debo dar ejemplo… pero estoy acobardado, no puedo... ¡No puedo!

Cuando mi mujer duerma, dejaré a mi hija a su suerte, me esconderé bajo las sábanas y esperaré el despertar de un grito.

Mi hija será la primera en anunciarlo.

El señor Pérez vendrá irrefutablemente. No puedo evitarlo. Estoy perdido.

No sé si volveré por aquí.

…………………………………………………………………………………

P.D. Y menos mal que viene, pardiez, es un pesado.

Dos días llevamos llamándole, porque la paleta colgaba y no caía. Mi hija no comía. Purés, sopas con pajita… qué ganas de agarrarle el diente retorcido para ponérselo en la mano y comiera como es debido.

Hoy la hemos llevado al dentista. Ni cerraba la boca la condenada, ni articulaba palabra (y ya es milagro)… solo babeaba.

La dentista ha agarrado una barra de algodón manchada de un líquido y con dos dedos ha tirado.

¡Ya está! Ya lo tenemos aquí, puedes estar tranquila.

¿Tranquila? la hemos dicho. ¡Tranquilos nosotros! Que ya está bien.

Cosas de padres.