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lunes, 8 de septiembre de 2008

CARTA III


Estimado Diógenes,

Dieciocho días llevaba navegando cuando vi tierra. Mas cuando ya mis pies soñaban con distinto suelo que no fuera de madera vino el de siempre, Poseidón, que con sus mismas tormentas me arrojó a las aguas. No sé si alguna vez viste pasar la muerte en el mar, pero el viejo marinero decía que morir en las aguas era mucho más inhumano. El decapitado muere una vez, más el marinero zozobrado muere dos, una cuando se hunde, y otra ahogado.

Gracias a aquella extraña ninfa marina, Leucotea, y su velo inmortal, logré alcanzar la playa. Por mis propios medios no podría haber estado dos días esperando la orilla y me habría encontrado cansado, casi inerte, o esperando la muerte del suicida.

Aqueos y troyanos morían igual. Aqueos y troyanos, deseaban la muerte de distinta manera, independientemente de sus banderas.

Muchos lamentos he oído pidiendo la salvación, en la vida, entre cuerpos mutilados que yacían en el campo después de la batalla. Algunos también he oído pidiendo que les ayudara a morir.

Dime tu Proteo, a la orilla de tu reino, quién tiene razón, quién puede decidir por su propia muerte.

¿Debemos dejar a Ares y sus leyes de la guerra que decida por nosotros?

¿Debemos dejarnos morir por la ira de los dioses que encendió Prometeo, sin hacer nada?

Es triste ver morir a tu amada, a tu amigo. Muy triste es oír que te pidan la muerte.

Qué fácil es para los dioses el destino.

Cansado estoy ya en la costa de Esqueria, rodeado de olivos y acebuches… una cama de hojas me he hecho.

Cuídate.

NADIE.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

CARTA II




Estimado Diógenes,

Aún me retenía en la isla de la ninfa de las lindas trenzas cuando Hermes entró en la cueva para hablar con la bella Calipso.

Ella no quería dejarme ir y me llegó incluso a prometer la inmortalidad.

La inmortalidad, qué palabra tan recia. Parece que ella misma, por su longitud, ya quiere huir de la muerte.

Hace dos días, yacía yo entre sueños. Lleno el estomago me había dejado caer entre sueños y entre sueños oí su dulce voz. Esta vez no era tan dulce, sino apagada. Me pareció extraño el mensaje, necesité oírlo una vez más, y mi única respuesta fue… voy.

Los amigos son pocos en la vida. Muchos se ponen este nombre ellos mismos, se golpean el pecho y te lo dicen como si de orgullo se tratara. Otras veces, crees tú haberlos encontrado. Pero, en el fondo, amigos, amigos, hay pocos. Tan pocos, que me bastaría contarlos con los dedos de una mano y aún así, me sobraría algún dedo.

Había muerto su padre. Enfermo, sí, como todos lo estamos. Unos más, otros menos, pero en este caso con una de esas enfermedades que el simple nombre te ata de por vida. No, no lo esperaban. Mi amigo descansaba del trabajo, su hermana permanecía ajena al destino, su hermano se había despedido de él por la mañana, y su madre, en unos minutos vio como la respiración se le hacía extraña. Murió de repente, sin nadie quererlo, sin nadie esperarlo.

Estos dos días he estado junto a él. Conozco a mi amigo desde que teníamos cuatro años y creo que entre nosotros siempre ha estado todo dicho. Le he acompañado en silencio cuando ha hecho falta, le he dejado solo cuando pensaba que quería estarlo, le he abrazado, y hemos surcado esas horribles horas donde el tiempo se para y la realidad es ajena para todos hasta que se rompe con la visión de un ataúd.

Ayer, a primera hora de la tarde, navegamos por un sitio extraño. Calles de árboles que dibujan parcelas donde miles de tumbas se acompañan. Qué insólito paisaje.

Mis acompañantes veían muerte por todos los rincones. Yo veía miles de vidas. Vidas que fueron y ya no son. Vidas como las nuestras. Con sus ilusiones, sus sueños, sus pasiones, sus deseos, sus amores… Vidas que se resumían en dos fechas anónimas. Un nacimiento y una muerte.

Tierra, mármol, palas, cuerdas, un sol ciego, sombras de otras cruces… sollozos.

Calipso me promete la inmortalidad si me quedo con ella. Inmortal significa soledad. De que me vale ser inmortal si nadie a mi alrededor se queda.

Le haré caso a Hermes y construiré esa balsa. Me despediré de la ninfa

Y seguiré navegando…

Tú amigo,

NADIE.


http://es.youtube.com/watch?v=fepL7ez06ew