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viernes, 16 de noviembre de 2007

QUIMERAS...


La imaginación es engañosa, igual que la vida... muchas veces le proponemos a la imaginación cosas engañosas como si fueran verdaderas, posibles, aun estando muy lejos de serlo...

Yo siempre he hablado de quimeras, como lo que dicen que fue, aquel monstruo que vomitaba llamas y que tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón... las quimeras están en el camino de la vida, y tarde o temprano hemos de luchas con ellas...

Las quimeras debieron ser vistas por muchos ojos, porque hay algunos que las describen con varias cabezas, una de cabra y otra de león... (no me la imagino discutiendo consigo misma)...

Quimera, nació de Tifón y la víbora Equidna, fue criada por el rey de Caria, Amisodares. El rey de Licia, Yóbates, harto del pillaje de la Quimera en su territorio, mandó matarla a Belerofonte, y éste, con la ayuda del caballo Pegaso, logró su objetivo. Dicen que Belerofonte puso en la punta de su lanza un trozo de plomo, con el calor de las llamas de la Quimera, el plomo se derritió y mató a la bestia...

Con plomo o sin plomo... ¿os habéis enfrentado ya a alguna quimera?

9 comentarios:

Viktor dijo...

El último libro de uno de mis poetas favoritos, Luis Cernuda, se llama "Desolación de la quimera", que es, sin duda uno de los títulos más bellos que puedan encontrarse (proviene, en realidad, como se hace explícito en la cita inicial, de otro de los grandes, T.S. Eliot, The loud lament of the disconsolate chimera; es también el título del primer poema del libro, último de los incluídos en "La realidad y el deseo").

A lo largo de los siglos XVII y XVIII proliferaron los llamados "gabinetes de curiosidades", en los que no era infrecuente encontrar falsos esqueletos compuestos con partes de diversos animales, que componían, así, lo que propiamente se denomina una "quimera", un ser híbrido e inviable.

La quimera es, por tanto, una criatura que tiene su hábitat natural en la literatura. Como tal, la reconozco como mi animal totémico, y me asumo como quimera, en este juego virtual en el que también nos recomponemos con miembros dispersos que encontramos en nuestra memoria, para sucumbir a esa pulsión escópica que nos domina, y darnos así una imagen visual, un cuerpo, cuando no somos (ya lo sabemos) más que un chorro de puntos en una pantalla.

Quimera soy (somos), pues. Esperemos que no desolada.

Besos.

Anónimo dijo...

Una de las películas que recuerdo con mayor ternura es "La quimera del oro" del "maestro" Chaplin.

Me pareció una inteligente puesta en escena de la quimera que supone perseguir el amor y la riqueza material como fin par "encontrar" la felicidad.

Me acaba de entrar ganas, nuevamente, de volverla a ver.

Un abrazo para todos y buen fin de semana.

Anfar

Viktor dijo...

Me temo que en ese título, Anfar, la presencia de "quimera" es únicamente responsabilidad del traductor. El título en inglés es "The Gold Rush", y "Rush" no tiene sentido quimérico, aunque la "carrera" que ilustra sí que lo tuviera, en la acepción de quimérico que parte de la irrealidad de criaturas como la Quimera de los clásicos o las quimeras biológicas de las que hablaba yo.

Y ya que estamos con búsquedas de oro, no puedo por menos de recomendarte que completes el programa doble con la increíble "El tesoro de Sierra Madre", del gran John Huston. Una de las reflexiones más lúcidas sobre la codicia, y una interpretación impresionante de todos sus actores. (Huston es, claro, también el responsable de "El halcón maltés", ése que estaba hecho de la materia de los sueños.)

Anónimo dijo...

Gracias Viktor.

Y haré caso a tu recomendación. Son películas que, aunque ya vistas, merece la pena volverlas a ver.

Por otra parte, siempre alegra la mirada contemplar a Bogart ;-)

Anfar

Viktor dijo...

No olvides que Bogart encarna a mi rival: no me hagas elogiarle. :-)

Anónimo dijo...

Llevábamos ya una semana en el campo, durmiendo una o dos horas cada 24 horas, cambiando nuestros puestos de observación cada 48 horas con la obligación de atrincherarnos cada vez. Todo esto con la mayor discreción posible para evitar ser detectado por las patrullas que nos buscaban. Total, estábamos todos agotados después de cavar toda la noche en un bosque y me toco el peor turno de guardia: las tres horas antes de l'alba. Entre el cansancio, la humedad penetrante, la incipiente niebla y la oscuridad tienes que utilizar todas tus fuerzas para mantenerte despierto. Es un momento de la noche cuando las quimeras abundan.

Esta noche, el ruido de unos pasos en la distancia interrumpió mi estado de meditación (mantra oficial: "quédate despierto o el sargento te capara"). Después de la sorpresa inicial y la liberación de una buena dosis de adrenalina , me di cuenta que no solo se acercaban a nuestra posición sino que no se parecían en nada a un ser humano. No podía distinguir nada a través de la niebla y empezó el delirio de una hombre extenuado, al borde de la histeria. El ruido era demasiado pesado y lento pero después de una semana evitando la persecución no podía ser otra cosa que una patrulla o...quizas...algo peor. Después de pasar un rato aterrado, repasando todas las películas de horror en mi mente, alerte al sargento tirando de la cuerda atada a su brazo (era el siglo XX, ya sabéis). Unos instantes después, el pelotón estaba listo para disparar y se acerco el sargento para averiguar la gravedad de la amenaza descubierto por su explorador mas fiable. Una vez arrodillado a mi lado, le indique la dirección del ruido y mi total ignorancia de lo que podía ser, transmitiendo al mismo tiempo mi ansiedad. Este sargento, veterano invulnerable al miedo, me miro largamente, me puso una mano en el hombro y mirándome a los ojos me dijo: "No tengas miedo, hijo. Iremos juntos.". 'Gran hombre este sargento' pensé en el momento aunque luego pensé que se había vuelto loco cuando, tomándome por la mano como a un niño, se levanto y sin ningún intento de sigilo avanzo directamente hacia el ruido.

Unos pasos mas tarde me presento con mucha educación a...una vaca. Luego pasamos un buen rato juntos (con el sargento, la vaca estaba embarazada) dialogando sobre, entre otras cosas, si era posible para una vaca tener un C.I. mas alto que un militar. Bueno, para ser mas preciso: yo...

Snowhite

Anónimo dijo...

Nunca he necesitado enfrentarme a ellas, siempre han muerto por inanición.

Un beso.

LIA

Anónimo dijo...

Yo he tenido que enfrentarme a demasiadas quimeras. Tengo que descubrir muchas veces que hay de verdad en algunas personas, qué es natural y qué es prestado de otros. Por cuestiones de trabajo lo veo con frecuencia. Son personas, por decirlo de alguna manera, eclécticas que tratan de vivir sueños o situaciones que no van con su rol social que les ha tocado vivir. Un saludo y buen fin de semana a todos.

Anónimo dijo...

Muchas gracias Diogenes por tus palabras a mi perrillo Bobito.

Recibe un afectuoso saludo.

Felicidades por tu blog.