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jueves, 27 de marzo de 2008

CARLA...

Sin entrar en oscuros intereses de futuros, o en ideas maquiavélicas llevadas a cabo por una mente refinada, imaginemos… una playa en verano.

Un individuo recorre la orilla, descalzo, unas veces dejándose mojar por el agua de las olas que mueren y otras pisando la arena caliente, utilizando esta combinación de sensaciones como el que come una tarta caliente mezclada con helado de vainilla.

El deleite visual es manifiesto: el mar, un horizonte precioso, una costa no muy poblada aún verde en sus alturas, gaviotas, barcas de recreo… Unos pechos desnudos a un lado. Unos pechos desafiantes que se le vienen de frente para en el último momento echarse a un lado cuando se cruzan. Unos pechos boca arriba, tumbados, algo difuminados por la postura de un cuerpo que descansa, pezones sonrojados por el sol, y no sonrosados. Unos pechos, también al lado, éstos más grandes, más… enormes, y no ya difuminados, sino extendidos tanto, que se desparraman a ambos lados del cuerpo de la dama hasta tocar la toalla donde descansa.

En fin, pechos y más pechos, cuerpos al fin y al cabo.

En el paseo se pierde en otras miradas, no sólo en pechos. Hace ya tiempo que la costumbre dejó a un lado el morbo de la mirada. Ya no se altera nadie por un desnudo, por unos pechos.

Pero de repente, ocurre. La mirada perdida, encuentra. Sus ojos se cruzan con otros ojos, bajando después con un rápido e inconsciente recorrido por un cuerpo, por unos pechos… perdón, por “los” pechos. Ya no son "unos" pechos, son "los" pechos de su compañera de trabajo, la que tiene todo el año al lado. O los de su vecina, con la que se cruza todos los días en la escalera. O los de la viajera de la misma hora, la de todos los días, con la que coincide en el metro.

La situación ya es extraña. Él intenta disimular su asombro, hacerlo natural, pero su mirada forzada en no mirar le lleva a titubear en su saludo. Ella directamente tapa con sus brazos la parte que puede de sus hermosos pechos, sonrojada.

La diferencia está marcada. No son lo mismo "unos" pechos… que… "los" pechos.

Algo parecido le pasa a gente conocida.

- ¿Has visto a “la” Carla desnuda? ¿Te has fijado?
- Ya me fijé, les digo. Hace años que recuerdo haberla visto. ¿Y?
- Es que la primera dama de Francia no puede ir en pelotas.
- ¿Ah, no? ¿Y eso dónde lo pone? Además no es que ahora vaya desnuda, es que iba hace muchos años. Era modelo. No le veo ningún problema. Como si se quiere desnudar ahora públicamente.

Acaso un bombero no puede ser después modelo. O una jueza convertirse en una stripper…

Pobre. Nadie o casi nadie se había fijado en Carla. En UNOS pechos. Pero ahora, son LOS pechos. Y claro, no es lo mismo.

Ay Carla… mmmmm… Carla.

http://es.youtube.com/watch?v=cNqTH3mb314&feature=related

Buen finde…

9 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me pasa. Voy a una playa y deseo no conocer a nadie para ponerme como quiera. Alguna vez me ha pasado de conocer a gente en esos dias y cuando coincido con ellos en la playa ya no estoy a gusto.

ROCIO

Recomenzar dijo...

bello tecto y el nombre carla tan bello como tu texto

Manu Espada dijo...

Prefiero los pechos de Carla Bruni a las corruptelas del tío ése de Mallorca que se gastó no sé cuánto dinero público en putos. Eso sí, el tío era muy católico, y seguro que criticaba a Carla.

Anónimo dijo...

Es que ver un cuerpo conocido, pero prohibido, tiene mucho morbo

Un beso.

LIA

amina dijo...

Tiene más morbo saltarse la prohibición y poder disfrutarlo.

Mamen dijo...

A mí lo que más me gusta de esta mujer (teniendo en cuenta que me gusta casi todo de ella) es su voz, es el remate perfecto a su imagen: una voz grave y casi rota, preciosa.

Besos.

María dijo...

Me has hecho recordar con el título una canción titulada así "Carloa", por cierto muy bonita.

En realidad yo cuando voy a la playa de veraneo (porque por desgracia no la tengo cerca) nunca me encuentro con nadie conocido aunque a mí me da igual que me vea gente conocida o no, porque nunca enseño mis pechos jaja. La verdad es que soy muy cortada para esas cosas, y prefiero ir agusto conmigo misma que ir preocupada en lo que los demás estarán viendo aunque sea gente desconocida. Prefiero ir agusto yendo como me gusta ir a mí, y como más me gusta estar en la playa es con bikini.

Pero es bonito para la vista poder contemplar "los" o "unos" pechos y cuerpos perfectos.

Feliz fin de semana.

Un abrazo Diógenes.

María dijo...

¡Vaya con el directo! quise decir "Carla" no "Carloa" jaja, perdona.

Manqueospese dijo...

Pues a mí siempre me han visto los pechos en la playa, y me he encontrado con gente conocida y nadie me ha dicho que soy un fruto prohibido y que les doy morbo.

¡¡Incluso gente del trabajo!!

Debo de ser muy raro...

Saludos a tod@s.

P.D.- Sobre Carla decir que me parece muy bella, pero creo que cantar no es lo suyo... susurrar sí... además que lo hace poniendo los pelillos de punta. Sarkozy es imposible que lleve bien los asuntos de estado con esta mujer a su lado... o esa es mi impresión... yo es que me pondría "nerviosillo"...