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viernes, 28 de diciembre de 2007

NOCHEVIEJA...

Nochevieja, el lunes. Ya no vendré por aquí hasta el año nuevo.

Ya se acaba el año… campanadas y uvas en España (pasas en Argentina).

Viticultores alicantinos iniciaron esta costumbre a principios del siglo XX para dar salida a una gran cosecha y de ahí… hasta la ropa interior roja. Resulta que la nochevieja ya es un protocolo refinado.

Un antiguo compañero se jactaba de una nochevieja de empujones amatorios con la novia, al son de las campanadas… en fin, qué grande fue Rafael Guerra “Guerrita” al decir “Hay gente pa to”.

Yo, a mi edad, si me prometo que se cumpla una partida al mus, junto a un güisqui de malta con unos hielos para esa noche… voy listo. Pero esto será después de las uvas. Antes asistiré a la autopsia sistemática de doce uvas, por parte de la mayoría, ya que les quitan las pepitas, virginidad ósea que parece les atraganta.

Y más tarde el dormir, que en la mañana sonarán valses y miraremos volar a los esquiadores por una rampa construida en lejanas montañas… si, así amanecen mis años, después de muchos años.

Pero yo, en estas fiestas también pienso en un recuerdo. Sí, lo se... es parte del camino pasado.

Hay veces que soy pobre en palabras para expresar un sentimiento, dejadme que se las coja prestadas a un gran poeta, don ANDRES ELOY BLANCO:


LAS UVAS DEL TIEMPO

Madre: esta noche se nos muere un año.
En esta ciudad grande, todos están de fiesta;
zambombas, serenatas, gritos, ¡ah, cómo gritan!
claro, como que todos tienen su madre cerca
Yo estoy tan solo, madre,
¡tan solo! pero miento, que ojalá lo estuviera;
estoy con tu recuerdo y el recuerdo es un año
pasado que se queda.
Si vieras, si escucharas este alboroto: hay hombres
vestidos de locura, con cacerolas viejas,
tambores de sartenes,
cencerros y cornetas,
el hálito canalla
de las mujeres ebrias,
el Diablo con diez latas prendidas en el rabo
anda por esas calles inventando piruetas
y por esta balumba en que da brincos
la gran ciudad histérica,
mi soledad y tu recuerdo, madre,
marchan como dos penas.

Esta es la noche en que todos se ponen
en los ojos la venda,
para olvidar que hay alguien que está cerrando un libro
para no ver la periódica liquidación de cuentas,
donde van las partidas al Haber de la Muerte,
por lo que viene y por lo que se queda
porque lo que sufrimos se ha perdido
y lo gozado ayer es una pérdida.

Aquí es de tradición que en esta noche
cuando el reloj anuncia que el Año Nuevo llega
todos los hombres coman, al compás de las horas
las doce uvas de la Noche Vieja.
Pero aquí no se abrazan ni gritan: «Feliz Año»
como en los pueblos de mi tierra
en este gozo hay menos caridad;
la alegría de cada cual va sola y la tristeza
del que está al margen del tumulto acusa
lo inevitable de la casa ajena.

¡Oh, nuestras plazas,donde van las gentes
sin conocerse,con la buena nueva!
Las manos que se buscan con la efusión unánime
de ser hormigas de la misma cueva
y al hombre que está solo,bajo un árbol
le dicen cosas de honda fortaleza:
—Venir, compadre, que las horas pasan
¡pero aprendamos a pasar con ellas!
—Y el cañonazo en la Planicie
y el Himno National desde la Iglesia
y el amigo que viene a saludarnos:
—Feliz Año, señores—y los criados que llegan
a recibir en nuestros brazos
el amor de la casa buena.

Y el beso familiar a medianoche:
—La bendición, mi madre.
Que el Señor te proteja...
después, en el claro comedor,la familia
congregada para la cena,
con dos amigos íntimos y tú, madre, a mi lado
y mi padre, algo triste, presidiendo la mesa.
¡Madre, cómo son ácidas
las uvas de la ausencia!

¡Mi casona oriental! aquella casa
con claustros coloniales,portón y enredaderas,
el molino de viento y los granados,
los grandes libros de la biblioteca,
—mis libros preferidos:tres tomos con imágenes
que hablaban de los Reinos de la Naturaleza—
Al lado, el gran corral, donde parece
que hay dinero enterrado desde la Independencia,
el corral con guayabos y almendros,
el corral con peonías y cerezas
y el gran parral que daba todo el año
uvas más dulces que la miel de las abejas!

Bajo el parral hay un estanque,
un baño en ese estanque sabe a Grecia;
del verde artesonado, las uvas en racimos,
tan bajas, que del agua se podría cogerlas,
y mientras en los labios se desangra la uva,
los pies hacen saltar el agua fresca.

Cuando llegaba la sazón tenía
cada racimo un capuchón de tela,
para salvarlo de la gula
de las avispas negras,
y tenían entonces
una gracia invernal
las uvas nuestras,
arrebujadas en sus telas blancas,
sordas a la canción de las abejas...

Y ahora, madre,que tan solo tengo
las doce uvas de la Noche Vieja,
hoy que exprimo la uva de los meses
sobre el recuerdo de la viña seca
siento que toda la acidez del mundo
se está metiendo en ella,
porque tienen el ácido de lo que fue dulzura
las uvas de la ausencia.

Y ahora me pregunto:
¿Por qué razón estoy yo aquí?¿qué fuerza pudo
más que tu amor,que me llevaba
a la dulce anonimia de tu puerta?
¡Oh, miserable vara que nos mides!
el Renombre, la Gloria...¡pobre cosa pequeña!
cuando dejé mi casa para buscar la Gloria,
¡cómo olvidé la gloria que me dejaba en ella!

Y ésta es la lucha ante los hombres malos
y ante las almas buenas;
yo soy un hombre a solas en busca de un camino
¿dónde hallaré camino mejor que la vereda
que a ti me lleva, madre, la vereda que corta
por los campos frutales, pintada de hojas secas,
siempre recién llovida,
con pájaros del trópico,muchachas de la aldea
hombres que dicen—Buenos días, niño—
y el queso que me guardas siempre para merienda?
Esa es la gloria, madre, para un hombre
que se llamó Fray Luis y era poeta.

¡Oh, mi casa sin críticos,
mi casa donde puede mi poesía
andar como una Reina!
¿qué sabes tú de formas y doctrinas,
de metros y de escuelas?
tú eres mi madre,que me dices siempre
que son hermosos todos mis poemas;
para ti, yo soy grande,cuando dices mis versos,
yo no sé si los dices o los rezas...
Y mientras exprimimo en las uvas del Tiempo
toda una vida absurda,la promesa
de vernos otra vez se va alargando
el momento de irnos está cerca
y no pensamos que se pierde todo!
por eso en esta noche,mientras pasa la fiesta
y en la última uva libo la última gota
del año que se aleja,
pienso en que tienes todavía, madre,
retazos de carbón en la cabeza
y ojos tan bellos que por mí regaron
su clara pleamaren tus ojeras
y manos pulcrasy esbeltez de talle,
donde hay la gracia de la espiga nueva,
que eres hermosa, madre todavía
y yo estoy loco por estar de vuelta
porque tú eres la gloria de mis años¡
y no quiero volver cuando estés vieja!...

Uvas del tiempo que mi ser escancia
en el recuerdo de la viña seca¡
cómo me pierdo madre en los caminos,
hacia la devoción de tu vereda!
Y en esta algarabía de la ciudad borracha
donde va mi emoción sin compañera
mientras los hombres comen las uvas de los meses
yo me acojo al recuerdo como un niño a una puerta
mi labio está bebiendo de tu seno
que es el racimo de la parra buena,
el buen racimo que exprimí en el día
sin hora y sin reloj de mi inconsciencia.

Madre, esta noche se nos muere un año;
todos estos señores tienen su madre cerca
y al lado mío mi tristeza muda
tiene el dolor de una muchacha muerta...
Y vino toda la acidez del mundo
a destilar sus doce gotas trémulas,
cuando cayeron sobre mi silencio
las doce uvas de la noche vieja.

Con permiso de don Andrés, FELIZ AÑO A TODOS.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Diógenes: Fantástico el poema que has puesto hoy en el post.
La Nochevieja es todos los años lo mismo: Besos, abrazos, felicitaciones (ahora muy de moda las SMS), buenos propósitos e intenciones para el año que acaba de empezar... etc.
En definitiva, es un ritual que hacemos de una forma mecánica todos los años ya que somos animales de costumbres.
Es una fiesta que se encuentra muy mitificada. El ritual de las uvas está relacionado con las aspiraciones y los anhelos de cada comensal, con el deseo de que se conviertan en realidad.
Hay muchas versiones sobre el orígen de esta fiesta pero la que más se aproxima a la realidad dicen que es esta:
Desde los inicios del Imperio Romano, enero estaba dedicado al dios bifronte Janus, que mira delante y detrás: al año que se va y al principio del que viene, por eso le representaban con dos rostros, uno barbudo y viejo y el otro jovencito. Los romanos invitaban a comer a los amigos y se intercambiaban miel con dátiles e higos para que pasase el sabor de las cosas y que el año que empezase fuese dulce. Esta vieja costumbre romana fue poco a poco entrando en Europa, donde con la misma finalidad venturosa comenzaron a ofrecerse lentejas, de las que se dice que propician la prosperidad económica del año que empieza. En la Edad Media la Iglesia trató de oponerse a las viejas costumbres, pero no consiguió extirpar la atmósfera disipada de, la noche de San Silvestre, que se mantuvo como la última isla pagana de las doce noches navideñas (las comprendidas entre la Navidad y la Epifanía), que la Iglesia consideraba como periodo de renovación para mejorar el año venidero. En España, la tradición de despedir con uvas el año parece ser que data de 1909.
Uvas con las campanadas de nochevieja
La tradición de tomar las doce uvas se remonta tan sólo a principios de nuestro siglo. La implantación de esta costumbre, que por cierto, es exclusiva de España, no se debe a motivos religiosos o culturales, sino más bien a meros intereses económicos. En la Nochevieja de 1909, los cosecheros, en un esfuerzo desesperado de imaginación, consiguieron desembarazarse del excedente de uvas de ese año inventando el rito de tomar las uvas de la suerte en la última noche del año.
Sea como fuere, este humilde servidor vuestro os desea un FELIZ 2.008.

noe78 dijo...

Buenos días,
esta sociedad en la que nos ha tocado vivir está llena de costumbres, costumbres que si nos pararamos a analizar definitivamente desecharíamos por inútiles y sin sentido pero...que aburrido sería todo ¿o no?
Supongo que como ya hemos dicho tantas veces estas fiestas están demasiado llenas de tópicos y de intereses económicos pero por qué quedarse sólo con eso...yo prefiero quedarme con los ratos en familia y con amigos, con las risas y sobre todo con las uvas enteritas, con huesos, piel y todo lo que sea necesario para atragantarme (desde luego no he visto nada más antinatural que esas uvas en semiconserva que encima venden como "uvas de la suerte" jajajajajaaj) y con los besos, los abrazos y las sonrisas sinceras de todos los que me rodean en ese momento...
Lo que traiga después el nuevo año y donde queden los propósitos, la verdad, es lo de menos...pero la excusa es genial para compartir un buen momento.Y no soy de las que se van a un restaurante de lujo y me pongo llena de lentejuelas como un árbol de Navidad...este año, por ejemplo, haremos una barbacoa en el chalet de unos amigos porque lo que nos apetece es recordar los buenos momentos y planificar muchos más para el nuevo año.
En cuanto a los seres queridos que ya no están, sé que es muy duro no compartir todo eso con ellos pero de igual manera que el resto del año...siempre oigo a la gente decir que no hay que esperar a estas fechas para hacer regalos o para mandar sms con buenos deseos a la gente que queremos...pues de igual manera no me siento más o menos triste que cualquier otro día del año al recordar a los que me faltan...cualquier día del año, por cualquier tontería que me pase o que oiga o que vea me acuerdo de esa persona y me emociono, pero siempre pienso en las cosas buenas y acabo con una sonrisa en los labios por todo lo que compartimos, no quiero pensar en lo que ya no compartiremos...quiero llenar a los que me rodean de muchos recuerdos mios para cuando yo no esté.
FELIZ 2.008 y espero que sigamos felicitándonos muchos años más...
PD.sin palabras señor Diógenes con el texto de hoy...

Anónimo dijo...

Hace años que no tomo las uvas, hace años que no me dejo llevar por las circunstancias externas y heredadas de la Nochevieja. Para mí sólo es una noche más en la que ceno con la familia, en la que todos esperamos a que lleguen las doce como si fuese a suceder algo espectacular, como si fuese diferente a todas las noches. Pero cuando llega no sientes nada, no hay cambios, el tiempo sigue corriendo, los minutos pasan, el reloj no se para, todo es lo mismo. Lo único diferente es que hay que cambiar el año cuando escribes una fecha. No hay un punto y aparte por mucho que queramos que sea así. Los segundos no conocen de años viejos ni nuevos, siguen pasando sin descanso ni celebraciones.

Feliz año.

Un beso.

LIA

Anónimo dijo...

Para mi fin de año es una referencia, me sirve para hacer resumen de lo vivido y comparar con otros años, es un año mas que he podido disfrutar de lo bueno (lo malo lo deshecho), disfrutando de mi pareja, de mis hijos, de mis padres y hermanos.
Llevo mucho tiempo viendo la vida con pesimismo y creo que ha llegado el momento de enfocar la vida con cierta dosis de optimismo. La mayor parte de aportaciones, de los que participamos, en mas o menos medida en este blog, suelen tener cierto tono pesimista y depresivo (bajo mi punto de vista), no digo que este bien o mal, solo que y aun siendo un tópico, viendo como esta la mayor parte del mundo, nuestros problemas son poca cosa y en su mayor parte solucionables.
Con estas lineas me gustaria infundiros algo de alegria y alentaros para que disfruteis de la vida, no olvidar que la raiz de conocernos es un blog de sexo, y el sexo suele ser muy gratificante, la vida tambien puede serlo si la enfocamos desde un punto de vista mas optimista.
Un beso a tod@s. Buen fin de año y buen 2008.

Anónimo dijo...

el comentario anterior es mio.

noe78 dijo...

Querido Kiko,
me parece un muy buen propósito para empezar el año...te deseo que no se quede sólo en eso y consigas llenar tu vida de pensamientos positivos...hace mucho que pienso que en la vida con una sonrisa se gana mucho más que con un enfado....te regalo la mejor de esas sonrisas para que empieces el año contagiado de ella...
Un beso.
Noelia

Anónimo dijo...

Pues feliz año y todas esas cosas que se dicen. Yo de las uvas sólo sé que siempre me atraganto porque soy una torpe. Y que aunque no soy especialmente supersticiosa, me las como por si acaso. Y lo de la ropa interior roja, también, y lo de brindar con algún objeto de oro dentro de la copa.

Vaya, a lo mejor sí que soy supersticiosa...

Anónimo dijo...

Vamos Kiko !!
a mal tiempo buena cara,
que si un mal tiene remedio
afligirse no conviene...
y si remedio no tiene
no se que le vais hacer.

Felicidades para todos !!

Silvia dijo...

Sea cual sea el origen de la fiesta os deseo también Feliz Año Nuevo. Y que los buenos deseos se canalicen una fuente de energía positiva para todos, en el 2008... y que no deje de manar en lo sucesivo.
Un abrazo.
Silvia