Mañana se inaugura la Feria del libro de Madrid, en el Retiro.
Desde que pude acercarme a ella me gustaba perderme entre sus casetas, leer el nombre de las librerías, de las editoriales, buscar entre las páginas de un libro entreabierto dónde poder perderme… Viajes, historia, novelas, mitología…
Primero la recorrí con mis amigos, más tarde con mi mujer y últimamente también con mi hija…
Me gustaba mirar esos carteles donde ponía ese: Hoy firma… y aprovechaba la ocasión para obtener alguna obra con un signo especial, con una dedicatoria al principio que años después me encanta todavía leer.
Conseguí que varios autores famosos me dedicaran algún libro. Y entre todos, por la conversación que tuve con el autor, el que recuerdo con mucho agrado, es un ejemplar de “Historia de una escalera” que me dedicó don Antonio Buero Vallejo. El recuerdo fueron sus palabras. Todavía las escucho...
Este año, para mí la Feria tiene algo especial. Además de pasear por ella como deseo hacer, algún día estaré dentro de alguna caseta, firmando algo que yo he escrito.
Se me hace grande y a la vez, extraño.
Me han dicho que puedo elegir el día con decirlo con otro de antelación, pero todavía no sé cuándo iré. Es muy probable que sea el sábado 7. Ya veremos.
De cualquier forma y como me encuentro entre amigos, os diré que un familiar y una bloguera que nos leen, quieren que una de estas tardes quedemos para tomar una cerveza. Durante estos días, al salir del trabajo, pasaré casi a diario por la feria. Así que, sin ninguna obligación, si alguien se apunta a esa cerveza, no tiene más que mandarme un correo. Estaré encantado de conoceros y hablar del blog, del Retiro o de lo que fuera…
Ahora os dejo con un texto que alguno ya habréis leído… es parte de una historia más larga que dejó de ser un sueño hace unos meses:
“(...)Entre todas las casetas, algunas tenían premios especiales,
tesoros escondidos que algún alma caritativa, al verse rodeada
de niños, sacaba de alguna caja: globos, gorras de papel y,
sobretodo, sobretodo, alguna pegatina que, colocada en algún
cuaderno o en algún libro, diferenciaba al día siguiente en clase
al que había recorrido y al que no había recorrido la feria.
Muchas veces, en las casetas, los libreros colocaban los ca-
tálogos a la vista, a mano, en primera fila, y ante nuestras inter-
minables preguntas, aun siendo siempre las mismas, contestaban
con un: «Sí, puedes coger uno de ese montón».
Cuando terminaba la cacería, digo el recorrido, corríamos a
buscar algún banco escondido en la antigua Casa de fieras o en
los jardines de Cecilio Rodríguez, y en un acto de superación
entre nosotros nos enseñábamos nuestras recompensas.
Un día, de los muchos días nublados que se anuncian en la
feria, de esos que al poco convierten en un barrizal las tierras y
encharcan los duros surcos del suelo, estábamos dos de mis
amigos y yo recorriendo las casetas, buscando ya con una bolsa
nuestros deseados catálogos. De repente, un enorme trueno
sobre el parque anunció lo que se nos venía encima. Unas
enormes gotas mojaron el suelo, y los tres empezamos a huir
en dirección a la salida, pero no sin antes, a la carrera, repetir la
eterna pregunta en alguna caseta y escuchar la casi siempre res-
puesta de «sí, puedes coger uno». La gente con algún librero
conocido se guareció en las casetas, el público corrió hacia la
calle de Menéndez Pelayo y nosotros, una vez ya casi en la salida
del parque, nos despedimos emplazándonos a vernos después
del diluvio.
Cuando llegué a mi casa, ya iba empapado. Abrí la puerta;
estaba solo y me fui a mi habitación. Los truenos y el ruido del
agua, al golpear ventanas y suelo, era ensordecedor. No había
casi luz, la tarde era noche. Me senté en la cama, con la bolsa
llena de catálogos a mi lado, y empecé a sacarlos…”
http://es.youtube.com/watch?v=X4YbwUj72X0
Desde que pude acercarme a ella me gustaba perderme entre sus casetas, leer el nombre de las librerías, de las editoriales, buscar entre las páginas de un libro entreabierto dónde poder perderme… Viajes, historia, novelas, mitología…
Primero la recorrí con mis amigos, más tarde con mi mujer y últimamente también con mi hija…
Me gustaba mirar esos carteles donde ponía ese: Hoy firma… y aprovechaba la ocasión para obtener alguna obra con un signo especial, con una dedicatoria al principio que años después me encanta todavía leer.
Conseguí que varios autores famosos me dedicaran algún libro. Y entre todos, por la conversación que tuve con el autor, el que recuerdo con mucho agrado, es un ejemplar de “Historia de una escalera” que me dedicó don Antonio Buero Vallejo. El recuerdo fueron sus palabras. Todavía las escucho...
Este año, para mí la Feria tiene algo especial. Además de pasear por ella como deseo hacer, algún día estaré dentro de alguna caseta, firmando algo que yo he escrito.
Se me hace grande y a la vez, extraño.
Me han dicho que puedo elegir el día con decirlo con otro de antelación, pero todavía no sé cuándo iré. Es muy probable que sea el sábado 7. Ya veremos.
De cualquier forma y como me encuentro entre amigos, os diré que un familiar y una bloguera que nos leen, quieren que una de estas tardes quedemos para tomar una cerveza. Durante estos días, al salir del trabajo, pasaré casi a diario por la feria. Así que, sin ninguna obligación, si alguien se apunta a esa cerveza, no tiene más que mandarme un correo. Estaré encantado de conoceros y hablar del blog, del Retiro o de lo que fuera…
Ahora os dejo con un texto que alguno ya habréis leído… es parte de una historia más larga que dejó de ser un sueño hace unos meses:
“(...)Entre todas las casetas, algunas tenían premios especiales,
tesoros escondidos que algún alma caritativa, al verse rodeada
de niños, sacaba de alguna caja: globos, gorras de papel y,
sobretodo, sobretodo, alguna pegatina que, colocada en algún
cuaderno o en algún libro, diferenciaba al día siguiente en clase
al que había recorrido y al que no había recorrido la feria.
Muchas veces, en las casetas, los libreros colocaban los ca-
tálogos a la vista, a mano, en primera fila, y ante nuestras inter-
minables preguntas, aun siendo siempre las mismas, contestaban
con un: «Sí, puedes coger uno de ese montón».
Cuando terminaba la cacería, digo el recorrido, corríamos a
buscar algún banco escondido en la antigua Casa de fieras o en
los jardines de Cecilio Rodríguez, y en un acto de superación
entre nosotros nos enseñábamos nuestras recompensas.
Un día, de los muchos días nublados que se anuncian en la
feria, de esos que al poco convierten en un barrizal las tierras y
encharcan los duros surcos del suelo, estábamos dos de mis
amigos y yo recorriendo las casetas, buscando ya con una bolsa
nuestros deseados catálogos. De repente, un enorme trueno
sobre el parque anunció lo que se nos venía encima. Unas
enormes gotas mojaron el suelo, y los tres empezamos a huir
en dirección a la salida, pero no sin antes, a la carrera, repetir la
eterna pregunta en alguna caseta y escuchar la casi siempre res-
puesta de «sí, puedes coger uno». La gente con algún librero
conocido se guareció en las casetas, el público corrió hacia la
calle de Menéndez Pelayo y nosotros, una vez ya casi en la salida
del parque, nos despedimos emplazándonos a vernos después
del diluvio.
Cuando llegué a mi casa, ya iba empapado. Abrí la puerta;
estaba solo y me fui a mi habitación. Los truenos y el ruido del
agua, al golpear ventanas y suelo, era ensordecedor. No había
casi luz, la tarde era noche. Me senté en la cama, con la bolsa
llena de catálogos a mi lado, y empecé a sacarlos…”
http://es.youtube.com/watch?v=X4YbwUj72X0
13 comentarios:
Pues si puedo pasarme el finde del 14 a Madriz, pasaré por las casetas y me pillo el libro ;)
A ver si hay suerte e incluso te pillo por ahí firmando ejemplares :P
Besicos
Lástima! Nosotros no podremos ir, pero ¡a disfrutarlo! Seguro que será toda una experiencia.
Besos
Día 7 ??? desde Vigo te enviaremos nuestras buenas vibraciones, no lo dudes.
Bueno como nosotros tenemos el libro firmado del día aquel de marzo...
Disfruta de esa experiencia que será única, ya que aunque a lo largo de tu vida firmes mil veces ( esperemos) ninguna será como esa primera vez.
Yo suelo pasarme todos los años, además me pilla al lado de casa. El año pasado el que más libros firmó fue Buenafuente, había una cola impresionante para que les firmaran su libro de monólogos. En el estante de al lado estaba Álvaro Pombo y no había NADIE. Una foto muy significativa, el chiki-chiki de la Literatura.
Quería ver por dónde salías...
No tienes remedio... priapo
Todos los sobretodos cuentan a la hora de cobijarnos ya sean de tela o de piel.
Con algunas personas nos quitamos el sobretodo para quedarnos en el sobre todo, pero ninguno, ni el uno, ni el otro es más o menos auténtico.
Todos lo son en la medida en que los hacemos nuestros, y ya por esto, quedan autentificados.
El mío, es un sobretodo compuesto de curiosidad, que a veces a mí misma me sorprende, pero no por ello es irreal o impermeable.
¡Qué bueno lo de Priapo!
(Hasta el de "simplemente María" ;) seguro que es otro sobretodo.
Tal y como va la primavera de lluviosa, no sé si podremos quitarnos el sobretodo para tomar cañas. ¿Vale ir con antifaz o pasamontañas? ¿que también tapa mucho?
Besos
(Con permiso del blogmaster)...
Estimado Sr. Priapo.
Sepa ud. que mis intervenciones por aquí suelen ser escasas, y suelen dejar mucho que desear teniendo, en cuenta en nivel de los participantes.
Hoy me he explayado "ligeramente" al hilo de un comentario de ud. que al margen de puntualizaciones lingüisticas o por ello mismo, me ha parecido genial.
Al haber sido suprimido su comentario (intuyo que por ud. mismo), el mío queda como una parafrasada tonta, incluso como mera gilipollez.
Por lo que le rogaría tenga ud. tenga a bien volverlo a colgar. Para yo seguir siendo "curiosísima" y no "tontísima"
s.s.
Curiosísima (de momento)
El comentario borrado no lo ha sido por el autor, ha sido por mi.
Este señor Priapo se ha dedicado con otros comentarios que no has visto, en este blog y en otro donde he empezado a "esplayarme" sin pensar quien me leerá, a lo que se dedicaba hace meses sin duda con otros nombres y que corté radicalmente aquí, entre otras cosas porque este blog es mío. Soy un cacho egoista, sí.
En este blog no se trata de participar o no, porque se tenga un nivel o no... qué nivel? el primero que no lo tiene soy yo... y no me preocupa. Por tanto eres libre de participar cuando quieras, pero de ahí, a salirse del tiesto como este señor, no se lo paso ni a mi padre... que me estará leyendo.
Suyo yo, como el blog, por el tiempo que desee.
Vayaaaa!!
Tendré que ponerme al día en cuanto a malas intenciones.
En este caso no lo parecía ¿no?
Nusé, tú sabrás.
Besos
Bueno... después de estar más despistao que una cabra en un garaje por culpa del tal priapo... te cuento que espero que te diviertas en la feria, que consigas firmar muchos (buen síntoma) y que al año que viene en lugar de hablar de Carlos Ruiz Zafón, se hable de ti...
Saludos.
En el siglo pasado yo firmé en una de esas casetas.
Me tomaría unas cervezas de no ser por lo lejos que me encuentro de España.
Aprovechad las oportunidades, el tiempo y los demás se encargarán de que si consigues lo que deseas, lo hagas con esfuerzo. La suerte es efímera, la preparación y el trabajo no. El orgullo confunde, la humildad nos crece y equilibra. Aprende de la mirada de los demás cuando se paren ante tí. Muchos de ellos tienen cosas que aportar.
Suerte
Me apunto de mil amores a esa cañita entre libros. Si quedais, házmelo saber, porfa... haré lo posible por ir. No puedo el sábado, pero otro dia puede que si.
Besitos.
manqueospese, te agradezco tus deseos, pero el año que viene... ufff.. queda lejos...
hadrianusii, siempre se aprende de una mirada, y más que de una mirada, escuchando. Te agradezco tus palabras.
Yolanda, te avisaremos.
Publicar un comentario