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miércoles, 14 de mayo de 2008

APUS APUS...


Hay épocas del año marcadas por un hecho especial… hoy llueve, pero ayer… me fijé que ya habían llegado esos gritos en el cielo que me traen un recuerdo.

Todos los años, por esta época, mientras me perdía en apuntes y libros, y sentía ya la presencia inmediata de exámenes, junto al buen tiempo, oía el ir y venir de estos pequeños gritos en el aire de Madrid.

Alas amplias para su cuerpo pequeño, cola en forma de horquilla y un extraño comportamiento. Dicen que viven, copulan y duermen en el aire… Son los vencejos. (No confundir con pendejo, palabra que utilizaba mi madre para referirse a aquellos niños que se las daban de adultos y les faltaban muchas vueltas. Lo decía de forma cariñosa. Y no hay tampoco que confundir con la misma palabra que sirve como insulto al otro lado del mar)

Los vencejos sólo bajan al suelo para anidar y tener a sus polluelos. Y estos, una mañana, sin aprendizaje, emprenden el vuelo para no volver.

Una vez en el pueblo, tuve uno en mis manos… Si alguna vez caen al suelo, son torpes para volver a remontar el vuelo. Aquel día, lo cogí entre mis manos y lo lancé al cielo, de vuelta a su mundo.

Me gusta escuchar el ruido de este pájaro del diablo, como les llaman algunos, me indica que el invierno ha pasado, los días son más largos, y las vacaciones se acercan…

10 comentarios:

Mus dijo...

Los vencejos cortan el éter y hacen un ruido peculiar al volar. Dan un poco de miedo, pero la verdad es que basta con no acercarse mucho.

Belén dijo...

Hay pájaros que nos dan cuerda;) y que acercan el verano...

Besicos

Maria dijo...

Tendré que estar más atenta, hasta ahora solo he visto palomas y más palomas y murciélagos en verano sobre el manzanares. Saludos

María dijo...

El escuchar el sonido de la melodía de los pájaros, el verlos volar, o posar, el poderlos apreciar desde abajo, o desde cerca, y sobre todo, cuando se les ve volar en bandadas, me parece todo ello una bonita contemplación, y, digno de no perderlos nunca de vista.

Un beso y una rosa.

Manu Espada dijo...

En el cole nosotros cogíamos murciélagos del suelo, también les costaba levantar el vuelo cuando caían porque las alas eran enormes y el cuerpo muy pequeño, pero como tenían pulmones les hacíamos fumar, y tiraban, vaya que si tiraban, le gustaban más los cigarrillos que a Clint Easwood dos pistolas.

Mamen dijo...

¡¡Qué bueno, Manu!! Yo también le daba de fumar a los murciélagos cuando era pequeña (qué infancia!!), bueno yo los sujetaba y mis primos, que son más mayores, les ponían los cigarrillos y luego los pobrecillos empezaban a medio andar (volar era imposible) como si estuvieran borrachillos. Ahora sería incapaz de hacerlo o permitirlo. Otra de mis joyitas de infancia era cortarles la cola a las lagartijas de un latigazo con una vara y ver cómo se movía. La Extremadura profunda donde pasaba mis vacaciones me regaló grandes momentos (lo digo en serio, yo no sería yo sin esos veranos).

Por cierto, yo lo que he visto sobre el Manzanares son albatros, hay una colonia de ellos en el río.

Besos,
Lula.

Manqueospese dijo...

Lula May... cuando te refieres a la Extremadura profunda, quieres decir que era un pueblo que estaba en un hoyo??? ¿Existe la Cataluña profunda? o lo profundo es sólo una cuestión de ruralidad?? ¿Es la comarca de Osona en Barcelona, la Cataluña profunda, por su ruralidad?

Existe un doble lenguaje con respecto a ciertos aspectos... Resulta que un asesinato en un pueblecito, por ejemplo, de Extremadura, se habla de la España profunda; el mismo asesinato en un pueblo de Madrid, es un ajuste de cuentas.

Sólo para reflexión...

Saludos desde la profundidad.

Mamen dijo...

Manqueospese, me refiero a un pueblo que ni siquiera es pueblo. Es una pedanía situada en la provincia de Cáceres que curiosamente pertenece al ayuntamiento de otro pueblo que está situado en la provincia de Badajoz. El verano pasado tenía 56 habitantes censados. Allí nació mi madre (en su DNI pone que nació en un pueblo de Toledo al que perteneció en su día) y allí he pasado los mejores momentos de mi infancia y adolescencia (ya lo he comentado en mi primer mensaje).

Para mí, en este caso concreto, "profundo" es sinónimo de autenticidad, de ruralidad, de conexión con la tierra y con mis raíces, de acudir todavía a recoger aceitunas y ayudar a la familia en la matanza, de ver nacer un ternero y caérseme las lágrimas de la emoción por poder ofrecerle esa experiencia a mi hija. Todo ello dos días después de haber llegado de Chicago por cuestiones de trabajo. "Profundo" es en realidad un viaje hacia mi interior, hacia lo más profundo que hay en mí.

Sin duda las palabras tienen distintos matices para unos y para otros, y el uso que de ellas se hagan en los medios de comunicación poco tienen que ver conmigo.

Muchos besos,
Lula.

Manqueospese dijo...

Entendido Lula May. Te pido perdón por el ataque...pero es que uno está acostumbrado a otro tipo de lenguaje.

Ese contexto en el que te sitúas, procuro disfrutarlo de vez en cuando... y me fascina lo de "hoy en Chicago y mañana de matanza o cogiendo aceitunas". Desgraciadamente, cada vez hay menos momentos de esos para disfrutar... se están perdiendo grandes costumbres...

Besos.

Mamen dijo...

No te preocupes, Manqueospese. Ni me he dado por aludida ya que he comprendido que el adjetivo podía dar pie a malas interpretaciones, aunque ya ves que nada más lejos de mi sentir y de mi experiencia.

Siempre que vuelvo por allí es como regresar a mi yo más interno, a mi origen, aunque yo naciera en Madrid. Y sin duda es un privilegio poder disfrutar de esos contrastes que mi trabajo me proporciona, viajar nos agranda la perspectiva y nos aleja del absurdo en el que vivimos cuando reducimos nuestro punto de vista.

Me alegro de haberlo aclarado.
Un beso y un abrazo absolutamente rurales (de esos con golpes en la espalda y algún que otro taco).
;-D

Lula.